Uno de los requisitos de nuestro curso es asistir a actividades fuera del ámbito normal del salón de clases. Por eso los de Periodismo requieren más tiempo que otros cursos ordinarios.
La otra condición que hace estos cursos más exigentes es que debemos dedicarle mucho tiempo a la lectura y la reflexión en grupo.
La oportunidad de compartir una «conversación» con Francisco José Ramos debemos aprovecharla al máximo. Por las siguientes razones:
- se trata del filósofo puertorriqueño más importante del momento, cuya obra tiene un valor monumental y de alcance mundial.
- su ensayo sobre «el espacio público de la filosofía», aunque cumple 15 años, es cada día más pertinente en sus reflexiones. Su lectura debería ser obligada en muchos ámbitos de la academia, no sólo en Comunicación o Periodismo. ¿Por qué?
Porque nos habla de la urgencia, en este mundo dominado por el tráfico comercial, de colocar el «pensamiento», la acción de contemplar para pensar, como uno de los actos que nos distinguen como humanos y que cada vez practicamos menos.
PENSAR es un concepto revolucionario en nuestros días. Y nuestro gran reto es elevarlo, relocalizarlo en el centro de nuestras preocupaciones, con la intensidad erótica que merece la más importante de todas las actividades humanas. PENSAR debería ser cool.
Imagínense si las actividades periodísticas y de comunicación de hoy pasaran por el rigor y la intensidad de pensamiento al que nos convoca la filosofía. Imagínense!
Muchos comunicadores lo intentan desde sus trincheras, pero, en el fondo, casi siempre prevalecen las consideraciones que demanda lo que se ha denominado perversamente «el mercado». Sea por la publicidad o por los estrictos límites que las empresas mismas imponen, algunas buenas iniciativas mueren al nacer –lo que es más grave– en cuerpos ya acostumbrados a trabajar mecánicamente, automáticamente, conforme a las reglas del juego.
El ensayo puede tener momentos de lectura difícil porque no estamos entrenados en el vocabulario filosófico. La tarea es volcarse sin miedo sobre el texto, como el niño que no desespera ante la aventura, o «la rosa que tarda en echar sus pétalos rabiosa». Hay que armarse de valor para leer porque aquí la lectura no es complaciente ni simple arma de doble filo. El texto evoca, propone muchos niveles de referencias, y algunas conectan con la historia del pensamiento, otras más propiamente con la historia de la filosofía, al tiempo que aparecen nociones que asociamos a la economía, la política, la sociología, la ética o la utopía, y claro está, con los medios de comunicación.
Los invito a leer para crecer, no para aumentar conocimientos como quien echa bombones en una piñata. Nuestros medios, el país y nuestro mundo lo podrían agradecer un día.
MARTES 30 DE MARZO / EL ESPACIO PÚBLICO DE LA FILOSOFÍA / SALÓN DE ACTOS / COPU / 7PM